Coronilla Gro. y su contexto

Un riachuelo intermitente, y junto a el, los jacales, bosques muy espesos y algunas milpas; de la raza mestiza; imágenes que ya no son verdaderas, solo pintorescas; el padre que llega a comer, a acostarse y a enjuagarse el sol de la cara: viejo con la tierra momificada en su rostro, de ojos terribles y manos dulces, que todo lo hubiera querido decir siempre sin abrir la boca, porque las palabras le pesaban y le ardían; como que decir las cosas era venderlas, o dejarlas escapar de lo importante, lo que no se decía: las imágenes del campo, su gente y las horas con ellos, que es cuando salían ardientes y pesadas palabras.