'La llorona' Si porque te quiero quieres llorona que yo, la muerte reciba que se haga tu voluntad Ay llorona, por suerte de Dios no viva Ay de mi, llorona, llorona, de ayer y hoy ayer maravilla fui, llorona y ahora ni sombra soy.
Salías del templo, un día, llorona cuando al pasar yo te vi hermoso huipil llevabas, llorona que la virgen te creí Ay de mi, llorona llorona de azul celeste y aunque la vida me cueste, llorona no dejaré de quererte
Debemos volver a dar espacio en el alma de los pueblos, a una utopía que pueda albergar valores como el amor por la criatura humana, la justicia, el sentido del honor y de la vergüenza, la honestidad, el respeto por los demás, la búsqueda del sentido sagrado de la vida. Nuestra sociedad se ha visto hasta tal punto golpeada por el materialismo su espíritu ha sido corroído de tal manera por la injusticia y la frivolidad, que se vuelve casi imposible la transmisión de valores a las nuevas generaciones. ¿Cómo vamos a poder transmitir los grandes valores a nuestros hijos, si en el grosero cambalache en que vivimos, ya no se distingue si alguien es reconocido por héroe o por criminal? Y no piensen que exagero.
(Ernesto Sabato, "El consumo no es un sustituto del paraíso")
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